martes, 28 de agosto de 2018

Sabiduría







"Las palabras saben que vamos a morir". Jorge Oteiza
Oteiza tiene unos textos sobre la condición poética, algunos publicados en su libro "Ejercicios espirituales en un túnel", que son tratados de entendimiento del mundo, el pensamiento y la vida. Se los he recomendado a muchos poetas que han pasado por el despacho, pero ninguno los ha leído. Se resisten. Ni aunque se lo recete el médico. Los poetas de ahora ya vienen "sabidos" de casa. Y así les va.











viernes, 24 de agosto de 2018

Infinitud


Me produce una tristeza infinita que personas a las que he querido, y quiero, y querré, me llamen tan sólo para pedirme los teléfonos de este o aquel --los putos contactos--, cuando para nada me han llamado, ay, para nada, en un año. Y hace un año fui yo quien llamé. La tristeza, me han dicho, no tiene curación. Pero yo no hago caso. Y así me va: de hostia en hostión. Jorge Oteiza lo dijo, de manera definitiva: "Donde puse mi corazón, lo perdí". Pero Oteiza debía tener muchos corazones, porque los perdía cada poco.




miércoles, 22 de agosto de 2018

HOMENAJE A JORGE OTEIZA

Talka Galeria

“Era cosa sabida para todos que el vacío era el lugar de la nada. La nada misma. La apariencia de la nada. Pero un día Jorge (Oteiza) nos gritó muy alto que el vacío era un realidad estética, una ecuación metafísica nacidas de él. En aquel asombro tuvimos constancia de que nunca antes el vacío había sido concebido y explicado de semejante modo. Nunca como un silencio vivo.
En el pizarrón de su estudio de Alzuza Jorge nos dejó mensajes herméticos. Itinerarios, veloces, borrados y vueltos a escribir que eran unas nuevas geometrías en las que trazaba su trascendental creación, su arrolladora inventiva iniciada en los años en los que unos pequeños trozos de hojalata o un alambre, o una cartulina, o un rayo de luz penetrando por los orificios abiertos de una escayola, o unas tizas multiplicadas, se anunciaban en sus manos como programas deslumbrantes, propuestas de magistrales esculturas que pronto ocuparon un lugar de honor en lo más alto del cuerpo del arte contemporáneo. El camino le fue largo y complejo pero su empeño mayor era uno, uno sólo. Ir calculadamente restando materia física a sus obras hasta que finalmente componía la plenitud del vacío actuante contenido en sus cajas metafísicas.” 
Nestor Basterretxea