Tres años después de la inauguración del MACBA, Oteiza fue invitado a producir una obra para el museo. Decidió que quería ponerla en diálogo con el estilo arquitectónico de Richard Meier, arquitecto del museo, al que Oteiza consideraba de un racionalismo cercano a Le Corbusier y con el que se sentía muy afín. En este contexto, decidió producir una gran ola de aluminio negro formada por poliedros y planos oblicuos y hacerla jugar con la alternancia de luz y sombra que crea sobre la obra la fachada del Museo.
Seguro que a Oteiza le gustaría ver cómo los skaters 'surfean' junto a su robusta Ola en la actualidad.
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