martes, 23 de diciembre de 2014

El centauro metafísico




































A diez años de su muerte, el 9 de abril de 2003, a los 94 de edad, pues nació el 21 de octubre de 1908, y justo a medio siglo de haberse publicado Quosque tándem…! Ensayo de interpretación estética del alma vasca,que vio la luz en 1963, la figura del escultor vasco Jorge Oteiza nos sigue interpelando como si su capacidad de invocar y provocar no tuviera límite. Antes, cuando vivía, él mismo se encargaba de sacudir nuestra modorra con sus virulentas y geniales intervenciones públicas, pero, tras su muerte, es su obra la que nos sigue sobresaltando y haciéndonos pensar. Afirmar que Oteiza es uno de los mejores escultores del siglo XX de nuestro país es algo consabido, aunque no banal, porque en este rasero se confronta con formidables figuras, como Picasso, Gargallo, Julio González, Alberto Sánchez, Ángel Ferrant y, por supuesto, Eduardo Chillida, por solo citar algunos nombres capitales de referencia.
De todas formas, la importancia de Oteiza como escultor no se puede ceñir a los lares patrios, porque, entre 1955 y 1959, su obra alcanzó una intensidad que le permitió sobrevolar toda la vanguardia internacional. Así le fue reconocido en su momento con el correspondiente triunfo de la Bienal de São Paulo, pero también así lo ha seguido siendo, tras su muerte, por algunos de los mejores escultores actuales, como, en primerísimo lugar, el estadounidense Richard Serra, pero también el británico Richard Deacon o el brasileño Waltercio Caldas, por citar solo quienes en fechas recientes y por escrito han dejado un testimonio palmario de su admiración por la obra del gran artista vasco.
Jorge Oteiza fue, sin duda, un gran escultor, entre el constructivismo y el minimalismo, pero su capacidad creadora trascendía cualquier lenguaje específico. Como es sabido, a finales de la década de los cincuenta, abandonó la escultura, entrando en este sentido en un silencio creador muy característico del arte de nuestra época, pero ello no significó, ni mucho menos, un desaparecer, porque justo en ese momento Oteiza entró en un trance frenético de actividad y activismo; esto es, entregándose a la creación de una obra literaria y ensayística, cuya edición crítica, emprendida por la Fundación-Museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra), suma hasta el momento presente casi una decena de volúmenes. Además, junto a ella, también hay que reseñar una militancia constante, básicamente dedicada a lograr no solo la reanimación espiritual y estética del pueblo vasco, sino también beligerante en cualquier otro frente.
El contenido de esta ingente producción escrita es de una variedad asombrosa, que demuestra la inquietud y erudición formidables de su autor. Porque Oteiza fue docto en casi todo: arte, arquitectura, estética, filosofía, teología, antropología, filología, música, historia, pedagogía, etcétera. Estaba al tanto de casi todo y basta con echar un vistazo a su notable biblioteca —hoy conservada, ordenada y estudiada en su maravilloso museo, diseñado por su íntimo amigo Sáenz de Oiza— para comprobar que Oteiza leía de primera mano y con prontitud todo lo que se publicaba de interesante en España y en el extranjero.
Hay, pues, muchos oteizas, no solo por la diversidad de asuntos abordados sino por la riquísima experiencia vital acumulada en su dilatada existencia. No hay que olvidar que Oteiza formó parte muy relevante de la interesante vanguardia artística donostiarra de antes de la Guerra Civil y que vivió casi tres lustros en América, donde no solo recorrió de arriba abajo casi todo el continente latinoamericano, sino que fue muy permeable a sus apasionantes caladeros artísticos entre 1930 y 1950.
Esa extraordinaria personalidad abierta a tan diferentes inquietudes le hace merecedor del calificativo de centauro metafísico, que él aplicó al pueblo vasco, “para mostrar la doble naturaleza, estética y religiosa, de nuestra alma tradicional, tomada así en nuestra prehistoria”, porque, en definitiva, como los antiguos grandes maestros de la vanguardia, él hizo suya la idea de la auténtica innovación, que es la de avanzar retrocediendo.

sábado, 13 de diciembre de 2014

ELIXABETE ETXEBESTE: OTEIZA Y LA MÚSICA


Martes 16 de Diciembre a las 20h00

Durante la presentación del libro, Maddi Arana e Imanol Martinez tocarán varias piezas para viola y violin

ELIXABETE ETXEBESTE: OTEIZA ETA MUSIKA

Abenduak 16, asteartea, 20:00etan

Liburuaren aurkezpen bitartean, Maddi Aranak biolina eta Imanol Martinezek biola joko dute

Elixabete Etxebeste presentará el libro “Oteiza y la música”, una monografía dedicada a una faceta desconocida del polifacético artista que a través de sus escritos personales dibuja la actitud, la intuición y la inquietud artística de Oteiza respecto a la música. A través de numerosa documentación inédita presenta sus usos y gustos musicales, su relación con la disciplina y con músicos y creadores del momento, así como proyectos creativos en el ámbito de las artes escénicas y el cine en los que la música juega un papel relevante. En la charla comentaremos algunos aspectos interesantes, interpretables e inspiradores que han salido a la luz.
Elixabete Etxebestek “Oteiza y la música” liburua aurkeztuko du. Artista polifazetikoaren alderdi ezezagun bati eskainitako monografia bat da liburua. Oteizak idatzi zituen hainbat testu pertsonalek garbi ematen dute aditzera musikarekiko zuen jarrera, intuizioa eta artearen inguruko kezka. Argitaragabeko dokumentu ugariren bidez bistaraziko digu egileak Oteizak zertarako erabiltzen zuen musika eta zer zaletasun zituen, bai eta diziplinarekin, eta garaiko musikari nahiz sortzaileekin zuen harremana ere. Gainera, arte eszenikoetarako eta zinemarako sortu zituen hainbat egitasmo ere ezagutuko ditugu, nagusi baita guztiotan musika. Solasaldian, gaiari buruzko alderdi interesgarrienak jorratu, eta iritzi-trukaketa egingo dugu.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Oteiza y la música





Oteiza le interesaba todo, y en todo lo que se sumergía como investigador, creador e intelectual, se sumergía de lleno, muy intensamente. La música fue un arte que también despertó su interés, que activó su pensamiento y su estudio, una faceta poco conocida y analizada que ahora se aborda en una nueva publicación de la Fundación Museo Oteiza, Oteiza y la música. Esta monografía, que supone el volumen nº 3 de la colección Prometeo, ha sido escrita por la investigadora y profesora en Musikene (Centro Superior de Música del País Vasco) Elixabete Etxebeste (Donostia, 1965).
La concesión, entre 2006 y 2008, de la Beca Itziar Carreño a esta investigadora constituyó el punto de partida de este trabajo, que se ha materializado en un libro cuyo objetivo es “dibujar la actitud, la intuición y la inquietud artística de Oteiza respecto a la música, y mostrar cómo se comporta ante esta disciplina un creador que contempla con naturalidad la translación de conceptos e ideas entre las artes”, señala la autora. La abundancia y el valor de la documentación analizada permitió revelar que “Oteiza estudió y se dedicó a la música mucho más de lo que consiguió mostrar”. El libro reproduce una selección de escritos y anotaciones, asociándolos entre ellos, contextualizándolos y complementándolos con informaciones que, además de ratificar el interés expreso del autor por la música, permiten hacer un seguimiento de las preocupaciones del artista en relación a esta disciplina. Oteiza y la música es una obra que se basa en documentos originales preservados en el Museo Oteiza y que, salvo excepciones, son inéditos. En la mayoría de los casos se trata de ideas y de reflexiones que no han sido pensadas para su presentación pública o publicación, carentes muchas veces de fecha, y donde Oteiza se expresa libremente, especulando sin tener en cuenta a un posible lector.
“En uno de sus papeles, Oteiza escribió: Jorge Oteiza deja la escultura para dedicarse al cine y la música electrónica. Y esa anotación me convenció de la necesidad de abordar esta investigación, confirmando la intuición de la que partía”, cuenta Elixabete Etxebeste, quien explica que el libro Oteiza y la música se ordena en dos partes: “La primera estudia la relación de Oteiza con la música que le rodea, la música que lee y que escucha, y sus posibles usos y gustos en relación a esta disciplina, a través de escritos del artista, del contacto que tuvo con compositores e intérpretes del momento, y de encuentros clave para él, como fue el que tuvo a principios de los años 60 en Pamplona, a través de Fernando Remacha, con Stockhausen, quien entonces capitaneaba la vanguardia de la música. La segunda parte aborda las reflexiones de Oteiza sobre la música como arte y como disciplina, y los proyectos que fue gestando en relación con la creación musical, en concreto para artes escénicas y para cine, aunque ninguno llegó a materializarse”, explica Etxebeste. 
En la biblioteca del artista se encuentran muchos libros sobre música tradicional vasca, pero también obras sobre teoría musical, etnomusicología, música electrónica, o música y cine. Además, en el museo de Alzuza se custodian cientos de documentos manuscritos y mecanoscritos que atestiguan reflexiones y proyectos alrededor del jazz, la música tradicional, la música clásica o las vanguardias del XX. 
LOS GUSTOS MUSICALES DE OTEIZA
Del clasicismo a la vanguardia
“Lo escuchaba todo”
Del clasicismo de Beethoven, Mozart o Bach a compositores de la vanguardia española como Luis de Pablo y del serialismo integral, pasando por la música tradicional y popular, el fenómeno del bertsolarismo y la improvisación del jazz, “Oteiza lo escuchaba todo, y estaba al día de todo”, dice Elixabete Etxebeste, quien recoge en su libro los vínculos que el polifacético creador vasco tuvo con compositores del entorno como Fernando Remacha, Luis de Pablo, Carmelo Bernaola, Agustín González Acilu, Francisco Escudero o María Luisa Ozaita, en algunos casos con intención de crear proyectos conjuntos. Le interesaban creadores de música contemporánea, como Luciano Berio, Bruno Maderna, Wim Mertens, Ianis Xenakis o Pierre Boulez, y demostró especial interés por Anton Webern, Arnold Schoenberg o el antes mencionado Karl-Heinz Stockhausen. 
La investigadora cuenta que Jorge Oteiza “escribía muchísimo sobre la música que escuchaba, especialmente sobre la que escuchaba en conciertos. Escribía antes de ir a los conciertos, durante su celebración y después... Siempre estaba investigando, y estudió a nivel intelectual, de manera muy profusa y precisa, los conceptos musicales”. Eso sí, se planteaba la música “como una disciplina aparte de las demás, aparte de la escultura”. De hecho, apunta Etxebeste, “el único caso en que se ve una relación entre obra suya y la música es en el proyecto del Friso de los Apóstoles, al que siguió la poesía Androcanto y sigo, y después en la documentación conservada aparece un proyecto sobre El Ballet de los Apóstoles”.
Como complemento a esta nueva investigación sobre Oteiza y la música, el museo de Alzuza acogerá a lo largo del próximo año varios conciertos de música de vanguardia a cargo de grupos del Conservatorio Superior de Música de Navarra, y en marzo está prevista la inauguración en Baluarte de una exposición en torno a esta vinculación de Oteiza con la música. 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Calvo Serraller abandona la presidencia de la Fundación Oteiza





Francisco Calvo Serraller deja la presidencia de la Fundación Oteiza por motivos personales Hasta que el Patronato de la Fundación nombre un nuevo presidente, la secretaria de la fundación y directora general de Cultura de Navarra, Ana Zabalegui, asumirá la presidencia en funciones.
El Patronato ha aceptado la dimisión de su presidente y le ha transmitido el reconocimiento por la labor desarrollada desde su nombramiento en marzo de 2012, en sesión celebrada hoy 28 de noviembre de 2013 en el Museo Oteiza, de Alzuza, en Navarra. Según  la nota difundida por la institución al término de la reunión, "deja el cargo por motivos personales".
El catedrático Francisco Calvo Serraller (Madrid, 1948), crítico de arte de EL PAÍS, historiador y ensayista es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 2001. Fue Director del Museo del Prado durante cien días. Buena parte de sus trabajos se han centrado en la historia de la pintura española entre finales del siglo XIX y del XX.
Calvo Serraller ha sido presidente de la Fundación Oteiza desde marzo de 2012. Además, ha dirigido la Cátedra Jorge Oteiza, promovida por la Universidad Pública de Navarra y el Gobierno de Navarra desde 2008 . Otra de sus líneas de actividad destacada han sido los simposios internacionales de los que se han celebrado cuatro con los títulos Los lugares de la crítica (2009), ¿Qué es el arte contemporáneo hoy? (2010), ¿Qué hacer con los museos? (2011) y Juicio al arte contemporáneo(2012). Casi todas estas actividades han contado con su correspondiente publicación. Entre ellas sobresale la edición, por primera vez en castellano, de escritos, algunos de ellos inéditos, y entrevistas de Richard Serra.
La designación del presidente de la Fundación Oteiza exige mayoría absoluta de los miembros del patronato, que deberán abordar este nombramiento en una próxima reunión. El pleno del patronato, además del presidente, está integrado por el consejero de Cultura y la directora general de Cultura del Gobierno de Navarra, cuatro patronos que fueron designados nominalmente por el fundador, un representante del mundo cultural propuesto por el Consejo Navarro de Cultura, un representante del departamento de Economía y Hacienda designado por el Gobierno de Navarra, una persona de reconocido prestigio, elegida por el Patronato, y un representante de reconocido prestigio en el mundo cultural designado por el Gobierno de Navarra.

sábado, 25 de octubre de 2014

OTEIZA Y SUS ESPACIOS ESTÉTICOS PARA EL HOMBRE EN EL MUSEO SALVADO VICTORIA






"Duermo con los brazos en alto pero no me rindo/moriré de rabia, no de viejo/el ecuestre gozor de la pelea". Son versos de Oteiza (Orio, Guipúzcoa, 1908/San Sebastián 2003), subidos a las redes sociales con ocasión de esta exposición, en los que resuena su espíritu independiente y rebelde junto al vacío de sus esculturas y la nueva espacialidad que llena las salas del Museo de Rubielos.
La exposición, titulada "Oteiza. El ser estético", ofrece 37 obras, 6 esculturas y 31 dibujos de siete "familias" relacionados con cada una de las piezas, fechadas todas en los años más fructíferos de este artista, entre 1950 y 1958.
Permite apreciar la evolución del proceso experimental de Oteiza, desde sus esculturas figurativas a la abstracción y la creación del vacío en sus cajas y esferas.
"Es una pequeña antológica de su periodo más fértil -ha explicado a  Diego Arribas, director del Museo de Rubielos-. Es en la década de 1950 cuando Oteiza realizó sus trabajos más importantes, antes de dejar la escultura en 1959 y dedicarse al estudio de la cultura y la filología vasca y la poesía".
Las obras proceden de la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra), que dirige Gregorio Díaz Ereño, y es fruto de la colaboración de ambas instituciones y de sus directores y la viuda del pintor Salvador Victoria, Marie Claire Decay, para ofrecer la primera exposición del artista vasco en Teruel.
Los dibujos y collages son bocetos y documentos con anotaciones y observaciones de Oteiza en su investigación estética sobre la luz y un lenguaje espacial nuevo, que luego tomarían forma como esculturas.
El concepto de "ser estético" de Oteiza está presente con fuerza en esta exposición: "Quiero remitificar y sacralizar los espacios vacíos para que sirvan de trascendencia, de protección estética y religiosa del hombre, que se apoye en estos espacios trascendentes de naturaleza estética", escribió el escultor, estableciendo la diferencia con el pensamiento de Heidegger.
Del "ser estético" de Oteiza, de la condensación de la luz y del vacío hablan hoy los responsables de los dos museos y el escultor y profesor Javier Elorriaga, mientras que Emilio Gastón, poeta y exjusticia de Aragón, pone voz a los poemas del artista.
La exposición comienza con una obra de 1950, "Figura para regreso de la muerte", de la que los dibujos muestran el vaciado de la figura humana, que Oteiza aplicó a una de sus obras emblemáticas, el friso de los apóstoles de la fachada de la Basílica de Arantzazu, en Oñate (Guipuzcoa), un proyecto del arquitecto Saenz de Oiza, en el que también colaboraron  como Chillida, Lucio Muñoz y el propio Salvador Victoria.
Destaca en la exposición el bronce "Cabeza de Apóstol", de 1953, cuya instalación en el friso de la basílica tuvo que esperar hasta 1968, debido al rechazo de la Iglesia, recuerda Diego Arribas.
Las dos últimas obras de la exposición son una "Caja vacía" de 1958, en la que el protagonismo está en "el núcleo interior de cada cubo, un vacío que adquiere un carácter espiritual, metafísico", y "Homenaje a Mallarmé", también de 1958, que pertenece a la última etapa de su proceso experimental.
Un año después, y a pesar de haber obtenido en 1957 el Premio Internacional de Escultura de la IV Bienal de Sao Paulo (Brasil), Oteiza abandonó la escultura.
Él mismo lo explicó así: "El momento cumbre de un escultor es (…) cuando se da cuenta de que lo que le pedía al arte, el arte le ha contestado". Y añade: "El arte es un puente, una preparación para otro tipo de madurez mucho más importante: la madurez  para la vida con los demás" porque, escribirá, el arte es un lenguaje "para fabricar ‘hombre’, para repararlo en las épocas de cambio en las que el hombre y la sociedad necesitan esta reparación".
Regresó a la escultura entre 1972 y 1975 con su "laboratorio de tizas", una investigación a pequeña escala y con materiales humildes, aunque algunos de sus proyectos se convirtieron después en esculturas de gran formato.
En 1985 recibió la Medalla de  de las Bellas Artes y el Premio Príncipe de Asturias en 1988, año en el que la Fundación Caixa de Pensiones organizó la primera gran retrospectiva en MadridBilbao y Barcelona.
La mayor retrospectiva del artista, "Oteiza: mito y modernidad", en 2004, un año después de muerte, fue organizada por el Museo Guggenheim en su sede de Bilbao y en la de Nueva York, así como en el Museo Reina  de Madrid

lunes, 6 de octubre de 2014

El Museo Oteiza acerca la aportación a la educación de la arquitectura



El Museo Oteiza de Alzuza acoge desde este lunes el programa "The Best School in the World. Arquitectura para la Educación en Finlandia", que analiza la aportación de la arquitectura y del diseño a los espacios escolares de dicho país. 

Promovido por la Delegación de Navarra del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN), el programa se ha iniciado en el Día Mundial de la Arquitectura 2014, coincidiendo también con el arranque de la Semana de la Arquitectura en Pamplona. 

El programa, que se desarrollará hasta el 11 de enero, aúna una exposición homónima, la celebración de diversas mesas sobre la relación entre la arquitectura y los recursos educativos, así como un programa pedagógico asociado y unas visitas guiadas a centros educativos de Pamplona y Comarca. 

Este proyecto, que quiere atraer la atención de arquitectos, diseñadores, educadores, pedagogos, estudiantes, APYMAS y público en general, ha sido organizado en colaboración con el Museo Oteiza, la Embajada de Finlandia en España, el Instituto Iberoamericano de Finlandia, Fundación Caja Navarra y el Museo de la Arquitectura de Finlandia, productor éste último de la muestra. 

La exposición, que se exhibe por primera vez en España, fue inaugurada con motivo de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2010 y ha recorrido hasta hoy diferentes ciudades como Nueva York, Washington, Helsinki, París, Salzburgo, Seúl o Estambul, entre otras. 

Según han explicado desde la Fundación Museo Oteiza en un comunicado, en Finlandia, la educación se concibe como una cuestión nacional de primer orden, siendo considerada como uno de los pilares de la democracia y el estado del bienestar, y también como la base de su desarrollo social y económico. 

Su sistema educativo ha alcanzado el interés internacional sobre los alumnos finlandeses, que han logrado resultados de primer nivel en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA). 

Este proyecto, según dicha fuente, analiza la aportación de la arquitectura y del diseño de los espacios escolares en la consecución de los resultados educativos conseguidos en Finlandia. 

La exposición, que muestra un conjunto de fotografías y maquetas, además de recursos audiovisuales, analiza las respuestas que ha aportado la arquitectura a cuestiones como la igualdad de acceso a la enseñanza a través de fondos públicos, la creciente popularidad de la inclusión de clases con alumnos de edades variadas, el manejo de la luz, la organización de los espacios en función del número de alumnos, la inclusión de los alumnos con necesidades especiales o el multiculturalismo.

viernes, 26 de septiembre de 2014

El cíclope por fin vigila Zarautz




Esta carta redactada por Néstor Basterretxea y Jorge Oteiza en noviembre de 2000 refleja el interés que los dos genios tenían por homenajear a su gran amigo y también artista Txopi. Catorce años después, su deseo se ha visto cumplido. El Ayuntamiento de Zarautz acaba de colocar la escultura Cíclope Vigilante de Daniel Txopitea en la nueva rotonda de Nafarroa kalea y será inaugurada mañana, a las 12.00 horas. Aunque, lamentablemente, ni Oteiza ni Basterretxea podrán acudir a la cita, no faltarán al evento otras caras conocidas del mundo del arte para recordar a esta figura.
El pintor y escultor eibarrés mantuvo una estrecha relación con Zarautz. Sus padres tenían en la villa su residencia de veraneo y desde niño pasaba largas temporadas en el municipio. En 1976 contrajo matrimonio con Begoña Cendoya y fijó su residencia de manera definitiva en Zarautz. Fue aquí donde realizó la parte más importante de su obra, en el taller-estudio que instaló en el caserío Mendizabal del barrio de Santa Barbara: Apuntes y ficcionesFiguración fantásticaSerie erótica,Figuras en movimiento o la serie Belarrak. Su última etapa creativa también la llevó a cabo en la localidad costera, con las series Colosos y Titanes y Personajes Blanco y Negro y editando, junto a Oteiza, la carpeta de obra gráfica La ley de los Cambios. Precisamente, en la misma época en la que estaba elaborando su serie de titanes, la obra más madura y meditada del pintor, en 1996, nacía Cíclope Vigilante, un año antes de su fallecimiento a causa de un cáncer, a los 46 años de edad.
Por un futuro mejor
La obra tridimensional fue concebida para su realización a gran escala y en una ubicación abierta, con vocación de escultura pública. “La pensó como un vigilante poderoso que otea el horizonte, que observa y al mismo tiempo protege, nos protege a todos. Es el hijo del cielo y la tierra que está omnipresente…”, detalla el también escultor afincado en Zarautz Mikel Campo Argote. De acero galvanizado y de color negro, desde que se colocó el pasado lunes, la elegante obra de 3,70 metros llama la atención de los paseantes y de los que circulan con su vehículo.
En noviembre del año 2012, cuando se lanzó la primera edición de la beca para la creación artística Daniel Txopitea, el departamento de Cultura anunció que el logotipo de la beca se basaba en la esculturaCíclope Vigilante del famoso artista y ya adelantó que trabajarían para traerla a Zarautz. Así, el presupuesto para este proyecto ha sido de 35.000 euros (crear la propia obra, a cargo del taller Alfa Arte; pagar por los derechos de autor a la familia Txopitea y realizar réplicas pequeñas de la escultura para la beca Txopitea y similares).
De este modo, buscan reconocer la aportación que realizó el pintor al arte contemporáneo, algo que su viuda, Begoña Cendoya, y su hija y también artista, Ainize Txopitea, han visto como “un merecido reconocimiento a una larga trayectoria y a un artista que contribuyó a sembrar un importante legado de la historia del siglo XX en Zarautz”.
“Cíclope en la mitología griega se refiere a una raza de gigantes de fuerte temperamento y con un solo ojo en la mitad de la frente. Este nombre explica la fortaleza, majestuosidad y dimensión de la obra. El vigilante, por su parte, explora, alerta, mira desde un lugar alto. Se trata de un personaje asentado, arrodillado, quieto y firme. Un caballero acorazado a fin de proteger a los habitantes de la tierra de los peligros que pudieran surgir en el mar”, detalla Ainize Txopitea al explicar la obra de su padre.
Una pieza con carácter de misterio y elegancia que pretende recordar a los ciudadanos la necesidad de estar alerta. “Txopitea nos recuerda que todos llevamos un cíclope vigilando dentro, un guía que nos protege de las amenazas que nos acechan y nos ayuda a construir un futuro mejor”, concluye su hija.

jueves, 25 de septiembre de 2014

El Museo Oteiza organiza el taller 'De Oteiza a la performance', destinado a educadores




Este 'workshop' sobre performance en educación y en el ámbito social propone explorar las capacidades pedagógicas del "arte de acción" y su posible aplicación como herramienta pedagógica en la educación formal o no formal, según ha explicado el Museo en un comunicado.
Partiendo de la obra y el pensamiento de Oteiza, quien afirmó que "el espacio es la materia corporal y el punto de partida de la creación artística", se propone investigar conjuntamente sobre los conceptos del espacio, el tiempo y la presencia.
El taller estará impartido por Ana Rosa Sánchez Velasco, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, y se celebrará los días 4 y 5 de octubre de 2014 en el Museo Oteiza.
El coste de la inscripción por alumno es de 60 euros. El Museo Oteiza expedirá un certificado de participación en el taller a los asistentes que lo requieran.

domingo, 21 de septiembre de 2014

El Museo Oteiza lanza una aplicación para smartphones y tabletas


  • La aplicación “Museo Oteiza”, está disponible de forma gratuita para dispositivos Android y Apple
 


El Museo Oteiza hay creado una aplicación que propone una recorrido audiovisual por la obra y la vida de Jorge Oteiza, que se encuentra disponible de forma gratuita para smartphones y tabletas.
Esta aplicación gratuita, creada para los dispositivos Android y Apple, ofrece la posibilidad de recorrer la colección de la obra escultórica de Jorge Oteiza, desde sus primeras obras figurativas, hasta los procesos conclusivos vinculados a la desocupación espacial. Esta herramienta permite profundizar en su Laboratorio Experimental y ahondar en la biografía de este creador multidisciplinar. La aplicación incluye imágenes, vídeos y audios originales procedentes del archivo de Oteiza y facilita la organización de una visita personalizada.


La aplicación está contemplada para ser utilizada como complemento a la visita al Museo, pero también resulta, en sí misma, una buena herramienta para profundizar en la obra y la figura de Oteiza. Además de información sobre el Museo, la aplicación propone tres recorridos. El primero de ellos, La colección, está estructurado en 12 etapas que atraviesan la obra escultórica de Oteiza, desde sus primeras obras de los comienzos de los años treinta, hasta las piezas conclusivas de finales de los cincuenta. El segundo recorrido, el Laboratorio Experimental, analiza una decena de series experimentales que contemplan todo el proceso de indagación escultórica desarrollada por Oteiza.  El último recorrido,Jorge  Oteiza, se adentra en la biografía del artista y la significación de todos sus  ámbitos de creación  a través de 18 capítulos. Uno de los grandes atractivos de esta aplicación es la presencia de audios del propio Oteiza y de videos en los que se puede contemplar al creador explicando y analizando diversos aspectos de su vida y su obra.
La aplicación, denominada Museo Oteiza, ha sido diseñada y desarrollada por Alambre Estudio,  y se encuentra disponible online en las tiendas de Apple y Google y se podrá acceder a ella a través de la página web del Museo. En su primera fase, la aplicación ha sido desarrollada en castellano y euskara. La aplicación podrá ser descargada libremente y el Museo pondrá a disposición de sus visitantes un conjunto de dispositivos que podrán ser alquilados en la recepción del Museo, gracias a la colaboración de Banco Santander.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Las esferas de Oteiza, Francisco y Dios




En el ocaso de agosto disfruté de un intenso fin de semana por Francia y Navarra. De Getxo a Getxo, pasando por Saint Etienne de Baigorry, Saint Jean Pied-de-Port, Esterencuby, Pamplona, San Martín de Unx y Ujue. Con parada en el Museo de Oteiza. Fue como redondear una esfera, llenándola de contenido. En Alzuza me reencontré con el alma del artista de Orio, el artista que no dejaba de hacerse preguntas. "Busco", se lee en una pizarra que destaca en un rincón de su despacho. Muy cerca, sus proyectos de esferas, que desocupaba y luego llenaba de vida. El Papa, una persona muy singular, como lo fue Oteiza, también habla de esferas y de la anulación de las particularidades. Dos personajes tan distintos pontifican sobre la trascendencia y utilizan las mismas figuras para explicar e iluminar la realidad.
En realidad, fue Joseluis817 quien se fijó en esa relación, tal y como describe en su blog al hablar de la ética existencial. Me puso en su pista Juan Luis Ibarra, presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en un encuentro estival. El ejemplo de la esfera también ha sido recogido por otros blogueros. El Papa que desayuna con los mendigos y fustiga a los más poderosos llama la atención de gente muy dispar, al margen de su ideología y de sus creencias.
Joseluis817 recoge un texto de Oteiza que aparece en su obra 'Estética del huevo' (Alfaguara): "La esfera es el cuerpo redondo, euclideamente satisfecho por dentro, pero inestable y ciego para fuera, su sensibilidad extraordinaria para el exterior (sin solución de apertura) hace su peligrosidad (para la estructura de la movilidad de la estatua) inútil. Abrir la esfera es por corregir su ceguera, es por descubrir su doble mirada y para elegir la mirada de huevo, su trayectoria 3-5 de huevo. O solamente con su mirar para a-dentro 4-4, no habremos conseguido más que una prisión rectilínea para la ceguera móvil de la esfera".
Francisco, por su parte, en una entrevista concedida al periodista Henrique Cymerman, también recurre a la geometría para formular su mensaje sobre la globalización. "Este pensamiento único que nos quita la riqueza de la diversidad de pensamiento, y por tanto la riqueza de un diálogo entre personas, es una globalización mal entendida. Yo la graficaría como una esfera, donde todos los puntos son iguales, todos equidistantes del centro. Por lo tanto, anula toda particularidad. Una globalización que enriquezca es como un poliedro. Todos unidos, pero cada cual conservando su particularidad, su riqueza, su identidad".
Las esferas de Oteiza, Francisco y Dios
Alineación de esferas en el museo de Alzuza.
Joseluis817 ve a los dos, a Oteiza y a Bergoglio, buscando en una forma geométrica a la humanidad, sensible y abierta a los demás. Cuando Oteiza habla de ceguera, de falta de apertura, de sensibilidad para el exterior, el bloguero interpreta que parece que el artista de Orio "habla de una persona, más que de una forma geométrica".
Otro bloguero, Pablo Guarez Tricarnio, desde una plataforma cristiana, también ha destacado el aspecto didáctico de la respuesta del Papa para expresar de manera muy gráfica su idea de la globalización. La revolución eclesial de Francisco está en boca de todos, sean creyentes o no lo sean. Oteiza y Francisco, dos hombres tan distintos –quizás no tan distantes– buscan interpelar al hombre desde la arquitectura y desde la geometría en una sociedad tremendamente asimétrica. Ambos están contra la hegemonía cultural del pensamiento único. En todas las esferas de la vida.


Pienso en todo esto cuando recorro el enclave de Alzuza, que desprende una atmósfera especial. Escucho en un vídeo la voz ronca de Oteiza, y me da la impresión de que también buscaba a Dios. "El arte es crear puentes", dice. Francisco también es un zapador que interconecta al hombre con Dios. Oteiza habla de crear espacios de sacralidad, de trascendencia. Y veo su mano en la fachada de Arantzazu, en sus apóstoles y en su particular Piedad. Oteiza crea del vacío. "Del vacío que, como el cromlechs neolítico, sirve para dar cobijo al alma del hombre. Es un espacio metafísico". Y veo la huella de Heidegger. Veo a Baroja. A Unamuno. A San Juan de la Cruz. A Ignacio de Loyola. Y también a Sartre. Que choque de pensamientos. De identidades. De aquel 'big bang' surgió un arte peremne, universal.
El escultor comunista amigo del Papa
En su biblioteca veo muchos títulos firmados por estas personalidades. Algunos resultan curiosos. 'Un artista y el Papa', se lee en el lomo de uno de los libros (Plaza-Janés), firmado por Curtis Bill Pepper. La obra recoge la relación que mantuvo el escultor italiano Giacomo Manzú, comunista y no creyente, con el Papa Juan XXIII, del que se hizo muy amigo. Manzú, un intelectual de izquierdas que sentía una profunda pasión por los temas religiosos, también firmó obras para la basílica de San Pedro y con sus creaciones en favor de la paz y contra la intolerancia espoleó a gente de toda condición.
Oteiza era un espíritu libre. Francisco también lo es, aunque con muchas más ataduras. Oteiza quiso buscar un nuevo lenguaje universal de la fe con sus trabajos en la basílica de Arantzazu. Lo escribe él mismo en la carta que le envía al nuncio Antoniutti, y que se conserva en el museo de Alzuza. Franscisco también ha revolucionado el lenguaje y el mensaje de la Iglesia. Y tendrá problemas. Como los tuvo Oteiza. El objetivo del arte, según la estética existencial, es iluminar la existencia. Es lo que intentó, desde su autoridad intelectual y creativa, Oteiza. Y es lo que intenta, ahora, desde su autoridad moral, el Papa Francisco.

domingo, 7 de septiembre de 2014

La escultura vasca revive Arantzazu



La escultura vasca está muy viva, y lo demuestra la exposición que desde ayer acoge el edificio Gandiaga de la Fundación Arantzazu Gaur, en Oñati. Un lugar emblemático en la historia del arte vasco que se revitaliza ahora a través del lenguaje escultórico de ocho creadores de la generación posterior a aquella que en muchos aspectos fue pionera y punto de referencia a escala internacional: la generación de artistas del grupo Gaur.
Chillida, Oteiza, Mendiburu, Ruiz Balerdi, Amable Arias, Sistiaga, Basterretxea y Zumeta, con su voluntad de diálogo y relación con la vanguardia internacional, dejaron su impronta en los escultores que ahora habitan Arantzazu con sus creaciones. Pero no se puede decir precisamente que estos hayan seguido su estela. Ricardo Ugarte (1942), José Ramón Anda (1949), José Zugasti (1952), Iñaki Ruiz de Eguino (1953), Iñigo Arregi (1954), Iñaki Olazabal (1959), Koldobika Jauregi (1959) y Guillermo Olmo (1960) se sienten parte de un mismo territorio, de un tiempo próximo al de la generación de Gaur -con cuyos artistas en muchos casos convivieron-, pero cada uno ha emprendido un camino propio en el arte. Juntos, componen un panorama diverso y plural, pero al mismo tiempo con elementos comunes, tal y como refleja Amets kabi(Nido de sueños).
Este es el sugerente título de la exposición colectiva que puede disfrutarse en Arantzazu hasta el 19 de octubre. Ricardo Ugarte es el más veterano de este grupo de artistas, en su mayoría guipuzcoanos, entre los que también se encuentran el navarro José Ramón Anda y el vizcaíno Guillermo Olmo, el más joven de la muestra. Cada uno aporta a esta exposición tan especial tres piezas representativas de su trabajo de la última década bajo el comisariado de Xabier Sáenz de Gorbea. “Ha habido muchos años en que aquella primera generación que formó Gaur ha dominado el panorama escultórico vasco, y parecía que no existían más escultores vascos que ellos. La nuestra podría ser una generación perdida, o por lo menos escondida. Y en la exposición se reflejan los horizontes que se han abierto entre ambas generaciones, y a partir de esta de la que formamos parte escultores de la década de los 50”, comenta el creador donostiarra muy vinculado a Navarra -tiene casa en Pitillas- Iñaki Ruiz de Eguino. En el recorrido que plantea Amets kabi se perciben características comunes a estas dos generaciones de escultores, como la utilización de determinados materiales, como el hierro, pero a su vez otros elementos que tratan de renovar todo eso que ya está en la generación anterior, pero con nuevos planteamientos y nuevas revisiones.

Apertura
Un ventanal a diversos horizontes creativos
Como simboliza el gran ventanal a la naturaleza ante el que se muestran muchas de las piezas, estas esculturas se abren desde la tradición a nuevos mundos posibles, y a reinterpretaciones por parte de cada espectador, que las completa con su mirada. En palabras de Sáenz de Gorbea, “los artistas aquí reunidos contribuyen con sus obras a consolidar un contexto que se ha ido extendiendo más allá del de sus iniciadores”, sin desdeñar antiguas manifestaciones populares ni las neovanguardias internacionales, y asumiendo al mismo tiempo, desde la vinculación directa con la naturaleza, el trabajo con el material y “una plástica abstractizante”.
En un enclave emblemático como es Arantzazu, esta segunda generación respira e invita a respirar arte allí donde lo hicieran Oteiza, Chillida o Basterretxea. Madera, piedra, hierros, alambres, se levantan aquí esculpidos por manos veteranas, talentosas y ávidas de nuevas búsquedas de conocimiento, de nuevas significaciones vitales con las que nos invitan a entrar en diálogo. Son obras para ser contempladas huyendo de la certeza de los sentidos, dejándonos abrir, como ese gran ventanal que da al monte, a lo desconocido o a lo familiar, a lo inabarcable del espacio y el tiempo.
El trabajo del escultor navarro José Ramón Anda se concreta en tres proyectos de escultura pública que, reconoce el artista, “difícilmente, y más en estos tiempos, van a tener la oportunidad de desarrollarse a su escala”. Se trata de las obras Polifemo II -una pieza perteneciente a una serie cuya primera obra se levanta en los jardines del parque Antoniutti de Pamplona-, Sartu ahal baduzu / Entra si puedes, y otra pieza en madera que partiendo de una idea puramente geométrica hace alusión a la pareja. Anda cuenta que la generación de escultores del grupo Gaur no le influyó tanto formalmente como “en lo que se refiere a un sentimiento de pertenencia a un país, a un lugar, sin que eso sea algo extraordinario. Pero para mí fue muy importante la huella de aquellos escultores, y sobre todo de Jorge Oteiza, que es con el que tuve más relación. Fue muy enriquecedor”, afirma el escultor navarro, que no exponía desde 2012, cuando lo hizo en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Materia y desocupación, tensiones formales que evidencian el paso del tiempo, escrituras en el espacio y el conocimiento, y latiendo en todo ello, la poesía que, si buscamos con la mirada, descubriremos en el mundo, están en Amets kabi. Una justa reivindicación de una generación de artistas imprescindibles en la historia del arte vasco.
‘AMETS KABI’
Artistas. Ricardo Ugarte, José Ramón Anda, José Zugasti, Iñaki Ruiz de Eguino, Iñigo Arregi, Iñaki Olazabal, Koldobika Jauregi y Guillermo Olmo.
Lugar. Edificio Gandiaga de la Fundación Arantzazu Gaur (Oñati).
Fechas y horario. La exposición colectiva, inaugurada ayer, se puede disfrutar hasta el próximo 19 de octubre. El horario de apertura es: viernes y sábados de 11.00 a 14.00 horas y por las tardes de 17.00 a 19.00 horas, y domingos y festivos de 11.00 a 14.00 horas.

martes, 2 de septiembre de 2014

cosas de Jorge

cosas de Jorge from BLANCA ORAA MOYUA_agente cultura on Vimeo.

Museo Oteiza





El Museo Oteiza Museoa alberga la colección personal del reconocido escultor y artista integral (Orio,1908-San Sebastián, 2003), compuesta por 1.650 esculturas, 2.000 piezas de su laboratorio experimental, además de una extensa presencia de dibujos y collages. El Museo está centrado en la difusión del legado de Jorge Oteiza, uno de los escultores fundamentales en la evolución del arte del siglo XX, autor de una trayectoria escultórica fundada en la experimentación estética basada en la desocupación de la formas y el vaciamiento de la escultura, además de polifacético creador interdisciplinar y responsable de numerosas aportaciones en el ámbito de la ensayística, poesía, antropología, arquitectura, lingüística y propuestas de socialización de la cultura y el arte. El Museo se sitúa en el entorno rural de la localidad Navarra de Alzuza, a 9 kilómetros de Pamplona, y acoge una de las colecciones monográficas más extensas del arte contemporáneo. El Museo Oteiza es obra del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, que ha proyectado un gran cubo de hormigón rojizo, que acoge la colección del escultor e integra la vivienda ocupada por Jorge Oteiza durante dos décadas. Hasta su domicilio en esta localidad navarra trasladó durante ese periodo su biblioteca personal , sus manuscritos, las esculturas y maquetas creadas a lo largo de su extensa trayectoria creativa así como el Laboratorio de Tizas, una de las aportaciones fundamentales que acoge el Museo. Este edificio singular ha sido específicamente creado para acoger las investigaciones experimentales de Oteiza y la significación espiritual y metafísica de su creación. Su ejecución representa el reencuentro definitivo del legado de Jorge Oteiza con el testimonio último de Sáenz de Oiza, dos autores fundamentales en la evolución de la escultura y la arquitectura contemporáneas, amigos y colaboradores en diversos proyectos desde mediados del siglo XX.

sábado, 9 de agosto de 2014

Nueva exposición “El entierro del conde de Orgaz. La traslación de la mirada”











En 1961, Jorge Oteiza publicó un artículo en la revista “El Bidasoa”, con motivo del viaje espacial de Yuri Gagarin, en el que advirtió que el astronauta ruso se iba a encontrar en el espacio con el conde de Orgaz, puesto en órbita cuatro siglos antes por la pintura de El Greco. En este texto, Oteiza contrapuso la representación del mundo trascendente de la célebre obra de este pintor con una de sus obras conclusivas: el Homenaje a Velázquez, un triedro de chapa de acero que enfatiza la concepción plástica del espacio vacío como lugar espiritual y metafísico.

Años más tarde, en su libro Goya Mañana (1990), Oteiza profundizó de nuevo en el análisis de El Entierro, descomponiendo y trazando la obra de El Greco, hasta desvelar la manera en que su particular estructura es capaz de acoger su amplio potencial simbólico y de señalar la representación de los mundos terrenales y celestiales. Tomando como punto de partida las indagaciones y revisiones del escultor, el Museo Oteiza presenta la exposición El entierro del conde de Orgaz. La traslación de la mirada, comisariada por Gregorio Díaz Ereño, director del centro de Alzuza, que muestra un conjunto de reinterpretaciones de la célebre obra de El Greco, a cargo de artistas como Picasso, Josep Renau, Val del Omar, Equipo Realidad, Equipo Crónica, Nerea de Diego, José Ramón Amondarain, Alvaro Matxinbarrena y Kepa Garraza, además del propio Oteiza. La exposición se mostrará en el Museo Oteiza entre 18 de junio y el 21 de septiembre de 2014 y es una producción del centro de Alzuza, en colaboración con el Ayuntamiento de Valle de Egüés y de Fundación Caja Navarra.

          Tras la muerte de El Greco, su arte pasó al olvido (para unos era un loco y para otros, un artista con un problema visual) y no será hasta  los inicios del siglo XX cuando las vanguardias artísticas volvieron su mirada hacia su pintura, influyendo de manera muy importante en el arte del siglo pasado. Jorge Oteiza habló del artista como creador de un arte nuevo y el cuadro de El entierro fue  una referencia clara en su quehacer creativo. Oteiza escribió del artista afincado en Toledo que “la locura plástica final del Greco, es el principio de  todas las nuevas verdades del arte” y son muchas las referencias recogidas en sus estudios situándolo como uno de los artistas que más influyó en su obra.
     Este cuadro tuvo un importante significado para otros artistas, como Picasso, que ya en 1901 había pintado El entierro de Casagemas, clara evocación de la obra del artista toledano. Este interés quedará reflejado más tarde en su obra El entierro del conde de Orgaz, libro prologado por Rafael Alberti y traducido al francés por el escritor Alejo Carpentier. Este libro recoge 12 aguafuertes y 1 grabado al buril que ilustran poemas del propio Alberti, compuestos entre 1957 y 1959. En estos grabados, Picasso aborda los temas perpetuos que le obsesionaron desde su juventud y recoge escenas orientales, circenses, mitológicas. En  esta  exposición se muestran estos grabados, junto a obras de otros artistas que, durante la década de los sesenta, tuvieron la obra de El Greco como inspiración. Es el caso del cuadro Entierro del estudiante Orgaz, realizado por el Equipo Realidad (1965-66), donde se une la representación de una imagen de la represión estudiantil con el cuadro de El Greco. Igualmente, Equipo Crónica realizó el Happening del Conde Orgaz, una versión libre en la que los personajes se truncan en Superman, Batman, el Guerrero del Antifaz, creando una escena disonante y anacrónica. Por su parte, la película Fuego en Castilla, de José Val del Omar,  muestra esa sincronía experimental entre los oficios de Semana Santa y lo imaginería religiosa de Berruguete, fundida con la representación de El Greco.
  Estas obras forman parte de la propuesta de esta exposición, junto con las piezas de 4 artistas contemporáneos como Kepa Garraza, Nerea de Diego, José Ramón Amondararain y Alvaro Matxinbarrrena. Cada uno de ellos, desde su propia estética, ha realizado unas obras creadas específicamente para esta exposición, que ampliarán las revisiones e interpretaciones de la obra de El Greco, generando un nuevo diálogo, actualizando el pasado desde lo contemporáneo.

El proyecto se completa con la edición de una publicación monográfica que incluye un texto homónimo del comisario del proyecto, Gregorio Díaz Ereño. La exposición se ha nutrido de obras procedentes de colecciones particulares de los autores de las obras, así  como de colecciones como la del MACA, Museo de Arte de Alicante; IVAM, de Valencia, Colección Yera o Fundación Bancaja, además de los fondos del Museo Oteiza.